miércoles, 7 de agosto de 2024

PESTE

 

LA AUTÉNTICA PESTE

 

Nuestro País sufre una peste devastadora llamada “contratos secretos”.

 

El cuerpo que sufre la peste, el cuerpo social, sufre la pérdida de sus recursos naturales y sufre la pérdida de su capacidad de regular su propio cuerpo, ya que los contratos secretos nos impiden gobernar en toda área cuyo gobierno perjudique a la trasnacional de turno, nos someten a tribunales extranacionales y maniatan a sucesivos gobiernos.

 

Hay otro síntoma elocuente: el cuerpo social se acostumbra a la idea de que no puede regularse, que no puede controlarse, que no tiene voluntad sobre sí mismo, ya que el secreto lo deja por fuera, ya que el secreto establece que los contratos deben ser redactados “por los que saben”, los técnicos encargados de gobernar mientras nosotros pagamos los impuestos y sacamos el País adelante.

 

No es una peste cualquiera, es una peste que carcome nuestra soberanía, nuestra capacidad de decidir en nuestro territorio.

 

La peste, como si fuera un buitre, cae sobre un cuerpo previamente indefenso, desde que la mitad de nuestra tierra y nuestra banca están en manos del capital extranjero, y los frigoríficos, y la exportación de cereales, y el tratamiento de la madera y el arroz, y las embotelladoras, y las grandes superficies comerciales.

 

Año a año expulsamos mil quinientas familias del campo, un campo del que se adueñan las trasnacionales ¿A dónde irán a parar esas familias? Se rescatarán de alguna manera, pero sin el arraigo a la tierra. Lo cierto es que cada vez vemos más gente durmiendo sobre cartones en las noches heladas y rescatando el sustento de los contenedores de basura.

 

Mientras todo esto ocurre, la mitad de la tarifa de UTE que paga cada uno de nosotros, va para financiar la fiesta de las trasnacionales que nos venden su electricidad varias veces más cara de lo que nos sale a nosotros producirla, y la deuda externa, la deuda eterna, crece y crece y de hecho, no la pagamos, sino que apenas pagamos los intereses contrayendo nueva deuda en un círculo suicida.

 

En estos precisos instantes, el Poder Ejecutivo entrega nuestra agua gratis a HIF Global para que haga gasolina sintética. Nuestra agua a cambio de un negocio para la trasnacional.

 

En el día de hoy pagamos 900.000 dólares, que pagaremos durante diez años, día a día, cada día, para financiar las vías del tren que opera de manera exclusiva UPM.

 

¿Esos 900.000 dólares por día, cada día, día a día, no nos hubieran servido para reactivar nuestra economía, para mejorar nuestras escuelas y nuestro sistema de salud pública?

 

Podríamos seguir enumerando los daños del cuerpo sobre el que ha caído la peste, pero nos interesa ahora la terapéutica, ya que somos un movimiento ciudadano, queremos ser médicos de la sociedad.

 

¿Cómo ayudar a este cuerpo enfermo? Cuando uno no se preocupa de su salud, su salud se preocupa de uno, lo que equivale a decir que cuando uno no se preocupa de los problemas sociales, los problemas sociales se preocupan y caen sobre uno.

 

Debemos ser sinceros y admitir que en parte, esto que sucede, es responsabilidad nuestra, pues hemos abandonado las riendas de la democracia en manos de los usurpadores.

 

Hemos abandonado el País a la peste, y para depurar nuestro cuerpo, no hay otro camino que involucrarse en la cosa pública, en la res pública, que de allí viene la palabra “república”.

 

Te convocamos a luchar con nosotros en defensa de lo que es nuestro. Te convocamos a limpiar el cuerpo de esta peste del secreto. Impulsamos una Reforma Constitucional para regular los contratos del Estado con las trasnacionales. Queremos que las cosas que se negocien, se discutan públicamente en el Parlamento y que los contratos sean aprobados con mayorías especiales, y al mismo tiempo, queremos reducir de un imposible 25% del padrón electoral, a un razonable 10% para convocar a derribar una ley mediante un referéndum.

 

Si un movimiento ciudadano, despejando el vano palabrerío de los medios, los políticos y la Academia, diera un golpe sobre la mesa para hablar ante el País de los verdaderos problemas nacionales, crearía una nueva situación política, un nuevo estado de situación política donde el cuerpo de la república se abocara a su propia salud.

 

Hablamos ahora de ese otro aspecto de la peste que hace que el enfermo diga palabras vanas, un cuerpo que tropieza y cae en un discurso vacío, un cuerpo que habla por una boca podrida por las caries de la guarangada.

 

Todo lo que sucede en esta vida es porque aceptamos las cosas como vienen, y todo lo que el hombre ha creado fue primero imaginado. Imaginamos un País para la gente que vive en nuestro País, imaginamos que le dejamos un País mejor a nuestros hijos.

 

Somos el Movimiento Uruguay Soberano y pensamos que desde el presidente hasta el oficinista, son funcionarios del pueblo y deben estar al servicio del pueblo. No deben decidir por nosotros, sino que deben llevar a cabo lo que nosotros decidamos. Nuestro problema, mi problema y tu problema, es que hemos cedido nuestro poder. Por eso decimos que el poder está en vos.

 

Ejercer el poder es nuestra responsabilidad ante la Historia.

 

Marcelo Marchese

 

 

 

 

 

 

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