Aclaremos primero un conjunto de nombres que se usan como sinónimos y que en realidad no lo son:
1) Hebreo: “con este nombre se hace referencia al pueblo antecesor de los Israelíes, son en la Biblia, el pueblo que fue conducido por Moisés al exilio y la liberación del pueblo Egipcio, así como a su lengua materna.”.
2) Israelíes: “con este nombre se hace referencia a los ciudadanos del Moderno Estado de Israel”.
3) Israelitas: “con este nombre se hace referencia a los descendientes de Jacob, nieto de Abraham, también llamado Israel”.
4) Judío: “con este nombre se hace referencia a las personas que profesan la religión Judía y por otra parte a los Israelitas como etnia, la cual se transfiere a través de la madre”.
5) Semita: “con este nombre se hace referencia a los descendientes de Sem, hijo mayor de Noé, son ancestros de los israelitas pero también en este grupo puede haber árabes israelíes”.
6) Sionistas: “con este nombre se hace referencia a los adeptos al Sionismo, movimiento político dentro de los Judíos, que propugna por la creación de un Estado Judío”.
7) Antisemita: “Con este nombre se refiere a todo aquel que presenta una total discriminación hacia los judíos, tanto como etnia, como por religión”.
8) Antisionista: “este término hace referencia a quienes se oponen al movimiento político Sionismo y por lo tanto a la existencia de un Estado de Israel.”
9) La Biblia, La Torá y el Corán: “la Biblia es el texto más antiguo escrito por un conjunto de hombres, señalando en él la palabra de Dios, desde la creación del hombre en el llamado Antiguo Testamento, hasta la creación del Cristianismo y su propagación en el siglo I d.c., en el llamado Nuevo Testamento. Por otra parte La Torá son los primeros 5 libros del Antiguo Testamento, conocidos como el Pentateuco y es considerada la ley escrita fundamental del Judaísmo. Por otro lado el Corán es el texto fundamental del Islamismo y narra la palabra de Dios, (Alá), revelada a Mahoma y en las tradiciones y prácticas del mismo, conocidas como la Sunna”.
BIEN, AHORA A POR LA LUZ SOBRE SU PROCESO HISTÓRICO
Un argumento muy importante en todo este asunto es que tanto para el Judaísmo, como para el Cristianismo, todo lo que se indica en la Biblia, son hechos que, hasta este presente, carecen de toda evidencia o prueba de que en realidad lo que allí se lee, haya sido cierto y por lo tanto, lo único que existe desde un punto de vista netamente objetivo sobre la validez de dichos procesos se basa en un principio de fe, por parte de quienes así han decidido creer. En otras palabras, que Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesucristo, hayan existido en realidad, no existe prueba alguna, lo que no invalida naturalmente, que en términos de la fe religiosa, no sea válido para las personas que profesan dicha fe, que todo lo que la Biblia narra sobre estas
personas, sea cierto. De la misma forma que el pueblo hebreo haya sido visto por Dios como su pueblo “elegido” y al cual se le prometió por él una determinada extensión de tierra, sigue en los mismos patrones que la existencia de las personas bíblica ya citadas. Lo que estamos afirmando es que ninguno de estos argumentos, pueden aceptarse como válidos, para dirimir en tiempos posteriores, asuntos que son parte de la realidad objetiva.
La idea de establecer "un hogar para el pueblo judío" parte del I Congreso Sionista celebrado en Basilea en 1897, explicó a BBC Mundo José Antonio Lisbona, historiador y experto en Historia del Judaísmo Contemporáneo.
En ese primer momento, había una línea dentro de los pensadores judíos que consideraba que lo importante era tener un Estado para que estos, dejen de ser perseguidos, le dijo a BBC Mundo, Carmen López Alonso, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.
Otros, en cambio, son defensores desde el primer momento de establecer ese futuro Estado en Palestina, argumentado los vínculos históricos del pueblo judío con ese territorio.
Pero a fines del siglo XIX, época en la que ese territorio estaba bajo dominio del Imperio Otomano, la tarea parecía imposible.
Quizá por eso, sobre la mesa también se barajaron otras posibilidades, al menos como un "hogar nacional" provisional para el pueblo judío.
El plan Uganda
Así se conoce el que fue, según Lisbona, el "único plan oficial y serio" para establecer un Estado judío en un territorio que no fuera Palestina.
Según este historiador, se trató de un plan oficial porque fue el propio gobierno de Reino Unido el que ofreció en 1903 otorgar una parte del antiguo territorio británico en África Oriental al pueblo judío como patria.
Aunque se le conoce como plan Uganda, en realidad la oferta de territorio también contemplaba parte del de Kenia.
Fue ofrecido por el propio Balfour a Jaim Weizmann quien se convertiría después en el presidente de Israel y en ese entonces era presidente de la Agencia Judía y al padre de la teoría sionista, Theodor Herzl.
El propio Herzl, autor del libro "Der Judenstaat" (El Estado Judío, 1896) y considerado el padre del Estado de Israel, planteó la idea en el Sexto Congreso Sionista celebrado en Basilea, Suiza, en 1903.
El sionismo era un movimiento que abogaba por la creación de un Estado para los judíos en el territorio palestino, por lo que la idea de que ese Estado se creara en un lugar diferente generó numerosos debates dentro de la organización sionista, explicó Lisbona.
Finalmente, dicha posibilidad fue rechazada en 1905, cuando ganó la opción de que el territorio para el futuro Estado judío fuera en Palestina.
"¿Palestina o Argentina?"
La opción de Argentina también apareció en varios textos y fue una corriente defendida por algunos líderes judíos, aunque Lisbona considera que "fue más bien una entelequia".
El propio Herzl considera Argentina como una posibilidad para un asentamiento masivo de judíos en una parte de su libro "Der Judenstaat", bajo el epígrafe "¿Palestina o Argentina?", en el que hace referencia al país sudamericano como "uno de los más fértiles de la tierra, de inmensa superficie, población escasa y clima templado".
León Pinsker, autor de "Autoemancipación" (1882), considerado un texto fundacional del sionismo y que sirvió de inspiración a Herzl para su "Estado judío", fue un defensor de la opción argentina, al igual que Maurice de Hirsch, uno de los impulsores de las colonias judías en América.
Argentina, al igual que Uganda, ofrece una clara ventaja: un vasto territorio vacío, en el que no había que expulsar a ningún pueblo ya establecido, explicó la profesora López Alonso.
Ese era uno de los principales inconvenientes de la opción Palestina: ya había una población árabe establecida.
"De 1893 a 1921 hubo emigraciones importantes de judíos de Polonia, Ucrania y Rusia a Argentina", explica Lisbona, "pero no hubo ninguna oferta oficial por parte del gobierno argentino, como sí hubo en el caso de la Declaración Balfour por parte de Reino Unido, que sí tenía algún derecho geoestratégico una vez que expulsa a los turcos, de lo que sería Palestina".
¿Un Estado judío en Rusia?
Aunque fue una opción posterior a la Declaración Balfour, algunos consideran que el precedente del Estado judío se encuentra en Rusia.
Los dirigentes de la antigua URSS entregaron una región a cada una de las naciones que la conformaban, y así, en 1934 se creó la Región Judía Autónoma de Birobidzhan, situada en la frontera entre Rusia y China.
Aunque miles de judíos se establecieron allí, y la lengua oficial era el yiddish, la idea de crear en este lugar el Estado judío no prosperó, ya que el sionismo era la corriente principal, y Palestina, su objetivo.
En la segunda mitad de los años 30, los líderes judíos de Birobidzhan fueron víctimas de las purgas de Joseph Stalin.
10 propuestas de Hefter fuera de Palestina
Joseph Otmar Hefter, creador de Nai Judá (Nueva Judea), fue defensor de crear un hogar en forma de Estado para el pueblo judío en el continente americano.
En un panfleto de 1938, Hefter manifiesta su rechazo al movimiento sionista, y defiende la creación de un Estado judío en el continente americano.
¿Cuáles son las alternativas a la "solución de dos Estados" para el conflicto entre israelíes y palestinos?
Hefter publicó un mapa con 10 propuestas de "hogar" para el pueblo judío, entre ellas una opción en un territorio entre la Guyana Británica, Venezuela y Brasil y otra entre Brasil y Paraguay.
También propuso Birobidzhan, Australia, Alaska, Canadá, una parte de Egipto, parte de la África Oriental o el sudeste de Asia como un posible Estado para el pueblo judío.
Sin embargo, como le indicó la profesora López Alonso a BBC Mundo, una vez que se impuso la corriente sionista, ningún otro lugar rivalizó en términos reales con el territorio palestino para ser el hogar del futuro Estado judío.
Tras la derrota del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial, la Declaración Balfour fue respaldada por las potencias aliadas e incluida en el Mandato Británico sobre Palestina, aprobado por la Liga de las Naciones (organismo que antecedió a la ONU) en julio de 1922, mediante el cual Reino Unido quedaba formalmente encargado de la administración de esos territorios.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, y tras el Holocausto, la presión por establecer un Estado judío aumentó. Cerca del final de la Segunda Guerra Mundial, los líderes del Yishuv, la comunidad de colonos judíos en Palestina, encabezada por David Ben-Gurion, se embarcaron en una campaña para expulsar a los británicos del territorio. Se llevó a cabo una ola de ataques terroristas contra las fuerzas británicas y los árabes palestinos. Fruto de esta presión, los ingleses, decidieron abandonar las tierras que estaban bajo su mandato y dejar la resolución de este problema en manos de la reciente creada ONU.
El 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó un plan para la partición de Palestina, que recomendaba la creación de un Estado árabe independiente y uno judío y un régimen especial para la ciudad de Jerusalén.
El plan fue aceptado por los israelíes, pero no por los árabes, que lo veían como una pérdida de su territorio. Por eso nunca se implementó.
Pero un día antes de que expirara el Mandato Británico de Palestina, el 14 de mayo de 1948, la Agencia Judía para Israel, representante de los judíos durante el Mandato, declaró la independencia del Estado de Israel, en forma totalmente unilateral.
CONCLUSIÓN
El desarrollo de los procesos que históricamente terminaron con la creación del “Estado de Israel”, en territorio Palestino, no se soporta por ningún argumento que no sea de tipo de fe religiosa, sin ningún soporte objetivo de veracidad y como se puede comprobar, tampoco contó con el respaldo de un gran número de israelíes, que fueron proponiendo una y otra vez opciones territoriales diferentes a la de Palestina y cómo se puede ver con toda claridad, la
creación de dicho nuevo estado en Palestina fue desde un principio, un objetivo Sionista, razón por la cual, desde un principio, el objetivo fundamental fue la expropiación de familias y sus bienes, para definitivamente ocupar todo el territorio Palestino.
Ahí comenzó el largo conflicto entre israelíes y palestinos que llega hasta nuestros días. En las figuras que siguen se pueden observar las consecuencias de la extinción de palestinos de sus tierras, lo que los árabes llaman la Nabka:
Vale aclarar también que antes de 1948, es decir antes de la partición de Palestina en 2 Estados, en esa zona vivían árabes, judíos y cristianos que vivían sin grandes sobre saltos, todo lo cual se termina, no solo con la instalación del Estado de Israel, (en parte debido a actos de terrorismo ejecutados por los judíos en contra de los británicos para lograr que estos se retiraran), sino también por la resistencia árabe a esa decisión, (algo totalmente justificable) y por la estrategia de expansión, llevada a cabo por el sionismo, la cual se intentó justificar por la gran cantidad de Judíos que desde todas partes del mundo, pero no todos, comenzaron a llegar al territorio asignado.
Los relatos de archivo que explican la creación del Estado de Israel en Palestina y su posterior proceso de expansión, sólo se explican por una estrategia en ese sentido, desarrollada no por todos los israelíes, sino por los israelíes sionistas, aunque es justo aclarar, que aquellos que sin ser sionistas y por omisión, aceptaron beneficiarse a costa del despojo humano que fue sufriendo el pueblo palestino por esa causa, son a los efectos de determinar la responsabilidad de la causa de los problemas que han venido surgiendo, igualmente responsables que los sionistas, así como toda la comunidad internacional que sin desconocer lo que iba a comenzar a pasar, no solo aceptaron la creación en tierras Palestinas del Estado de Israel, sino que se han limitado a observar en silencio, o peor aún, a colaborar con la estrategia sionista.
En su destacado libro sobre la guerra árabe-israelí de 1948, “La limpieza étnica de Palestina” , el historiador israelí Ilan Pappe señala que un mes después de la resolución de la ONU, los
dirigentes judíos se embarcaron en la “limpieza étnica de Palestina”, la cual se encuentra ahora delante de los ojos de todo aquel que la quiera ver.
En definitiva si existe algún comportamiento que se pueda tildar de “terrorismo”, lo es todo lo realizado por aquellos que de una forma u otra, han colaborado con la creación del Estado de Israel, en territorio Palestino, principalmente el movimiento político judío llamado sionismo, de forma tal que la única actitud digna y justa que corresponde denunciar, es la expulsión de dichas tierras de los sionistas y sus colaboradores y el reintegro total y sin condicionamiento de las mismas al pueblo Palestino, al que por otra parte, se le debería resarcir por el tremendo horror al que fueron condenados a vivir desde 1948 a la fecha.
Fuente:
1) https://www.declassifieduk.org/when-britain-aided-israels-ethnic-cleansing-of-palestine/
2) https://www.un.org/es/situation-in-occupied-palestine-and-israel/history
3) https://www.bbc.com/mundo/noticias-41857911
Enrique Espínola